En la Industria, es imprescindible conocer las características de las instalaciones y equipos de trabajo. Igual de importante es el plan de mantenimiento de estos activos, lo que implica saber cuándo, cómo y qué elementos utilizar para ejecutarlo. Ambos aspectos son relevantes para sostener un ritmo de producción, cuidar la calidad de los productos elaborados y la salud de quienes trabajan con estos equipos.
En el marco de un mantenimiento preventivo de los equipos, donde se realizan ciertas operaciones planificadas para el cuidado de la máquina, la lubricación de estas es fundamental. Para esto, se suelen utilizar aceites y grasas industriales. Nos referiremos a las segundas, que se suelen emplear en equipos en los que, por su diseño, no es cómodo ni posible depositar aceites lubricantes.
Las grasas industriales son un tipo de lubricante semifluido compuesto por tres elementos: aceite base, espesante y aditivos. El aceite base brinda la lubricidad y resistencia térmica; el espesante la consistencia y resistencia a la presión, a las temperaturas y al lavado por agua; y los aditivos refuerzan las características de los otros componentes, mejorándolas y disminuyendo el desgaste y la corrosión.
A diferencia de los aceites, las grasas son más viscosas, lo que las hace perfectas para generar una capa resistente entre las piezas y disminuir al máximo la fricción entre ellas. Este tipo de lubricante requiere de ciertas condiciones para su uso, tales como niveles adecuados de humedad, polución, carga y temperatura, de acuerdo a las indicaciones del fabricante. Utilizar grasas permite reducir la frecuencia de lubricación y realizar mantenimientos preventivos sin detener el funcionamiento de los equipos.
Uno de los desafíos al emplear grasa industrial es el manejo adecuado en el mantenimiento de los equipos. Resulta un desafío porque existe una variedad de tipos de grasas, con características específicas y fabricadas para desempeñarse con cada equipo.
Así mismo, la grasa industrial es un recurso que puede afectarse por las fluctuaciones de temperatura, por lo que debe almacenarse de modo que no pierda sus propiedades. Un mal almacenaje puede acarrear gastos innecesarios, ya sea por pérdida del recurso, adquisición excesiva o daño de la maquinaria por mal estado del lubricante.
Si nuestra empresa cuenta con máquinas de características diversas, vale preguntarse: ¿será necesario tener en stock esa misma variedad de grasas para los distintos mantenimientos?
Desde una perspectiva de mayor eficiencia, la meta podría orientarse a reducir los tipos y cantidades de grasa almacenada, disminuyendo también los costos operacionales asociados, optimizando los recursos disponibles. Esto se consigue mediante la consolidación de las grasas.
En este sentido, una excelente alternativa son las grasas con espesante del complejo sulfonato de calcio, pues no necesitan de aditivos sólidos ni base sintética en el aceite para un buen desempeño. Provocan menos fugas y deterioros al ser administrada a los equipos. Tiene buena resistencia a las altas temperatura, resiste bien el desgaste, la carga pesada y extrema presión.
Además, el sulfonato de calcio se conoce por tener propiedades naturales contra la herrumbre, ser resistente al agua y no degradarse aún en presencia de este contaminante. Por las características que muestran, las grasas del complejo sulfonato de calcio pueden ser utilizadas en industria pesada, como minería, textil, metalúrgica, papel y automóviles, entre otras.
En síntesis, el uso de este tipo grasas consolidadas te permitirá alcanzar un mayor control sobre el stock en bodega, reducir costos en inventarios y la posible pérdida de recursos por no uso o deterioro de los recursos, protegiendo la inversión realizada.
En el ámbito del mantenimiento industrial, Synthec posee un catálogo variado de lubricantes de alto desempeño, entre los que se encuentran grasas industriales con sulfonatos de calcio. Si requieres asesoramiento o encontrar soluciones para tu negocio, no dudes en contactarnos. ¡Somos tu aliado especialista!